En conflicto con nuestros conflictos

tenemos cierta tendencia a negar, rechazar o eludir nuestros propios conflictos. Adoptamos una actitud de oposición. Incluso de negación: no me pasa nada! afirmamos.Me hace mucha gracia cuando me doy cuenta de  esa experiencia, de sentir conflicto acerca de los conflictos. Es como encogerse, achicarse o como cuando tomas limón puro y todo el cuerpo se retrae. Entonces a mi me gusta, relajar y abrazarme.Cuando esto ocurre: sentir conflicto con los conflictos,  una buena receta es la aceptación. La escucha, observar y quedarse en ello. Abrazar el conflicto. Normalmente se abren vías de resolución que suelen traer transformación, impulso.