Autoconocimiento

Confinamiento y espiritualidad

By agosto 30th, 2020No Comments

Una practica espiritual milenaria es la de no tener objetivos.
Pareciera imposible en nuestra cultura. Casi cada minuto de nuestra vida está sazonado de objetivos. Lo siguiente que quiero o tengo que hacer, comer, limpiar, cocinar, comprar,conseguir, lograr, resolver, arreglar, pensar, ver, oír, beber, corregir … y así vamos perdidos y olvidados de nosotros mismos en pos de los objetivos.

Pareciera también que sin objetivos a corto medio y largo plazo la vida no tiene sentido. Y pareciera también que esta capacidad de consecución de objetivos nos permite una sensación de control y conducción de nuestra vida. Solo parece.

Con este confinamiento tenemos el privilegio de experimentar un retiro. En dos sentidos de la palabra, retiro con uno mismo, recogimiento y retiro (alejamiento) de de la inercia del consumismo.
Te invito a que observes al menos por un día, las veces que te acuerdes, cómo casi cada instante te preparas para el siguiente objetivo, es un habito minuto a minuto. Observarlo, contemplar por un momento el efecto que produce en tu cuerpo, todo lo que se acciona y muy poquito después….pausa…y soltarlo Verás que haciendo esto muchas veces se va produciendo una cierta relajación muy sutil que te va permitiendo descender hacia la sensación de ti mismo. Paradójicamente aquello que ha de ocurrir o que ha de ser hecho no deja de acontecer.
Y vamos soltando el «yo que logra cosas», nos dejamos en paz, literalmente. Nada que conseguir… Volvemos a conectar con la maravillosa experiencia de la infancia del «siendo» pero ahora con la cordura que nos da la experiencia de los años.