Nunca encuentro paz cuando deseo que las cosas sean de otra manera. Rendirme a lo que la vida trae, requiere valentía. El deseo de renunciar a las esperanzas y ambiciones del ego y entonces aceptar lo que es. Cuando me ocurre la rendición, sucede la aceptación, todo se relaja, florece el agradecimiento y la paz abre el corazón al amor. Abertura, suavidad, ternura.